Mis bisabuelos por parte de mi abuelo materno vivían en un pueblo llamado Makov, situado a unos 80 kilómetros de la capital de Polonia, Varsovia.
Su población ascendía a unas 5000 personas, casi todas de origen judío.
En el centro del pueblo de calles empedradas se hallaba la plaza principal y su centenaria sinagoga cuya belleza siempre era motivo de comentarios. Mis bisabuelos eran judíos tradicionalistas.
Mi bisabuelo compraba cueros en las grandes curtiembres de Varsovia y realizaba trabajos de talabartería y mi bisabuela se dedicaba a labores de ama de casa. Tenían 3 chicos.
Una crisis económica afectó a toda Polonia, no había trabajo y además comenzó a sentirse el antisemitismo.
En 1932 mi bisabuelo decide emigrar a Venezuela.
Mi abuelo tenía un año y medio, junto a su madre y sus hermanos se quedaron en Macov.
Mi bisabuelo partió solo con ilusiones, casi sin dinero ni idioma, en busca de un porvenir mejor para toda su familia.
Durante el viaje en barco, llamado Arlanza y estando en Alemania las autoridades comunican a los pasajeros que había estallado una revolución en Venezuela y resultaba imposible llegar allí. Existía otra posibilidad, trasladarse a un país que no conocían, llamado Uruguay. Así lo hizo y 3 años después trajo a toda su familia.
Se adaptaron muy bien aquí, en seguida encontró un conocido proveniente de su misma ciudad. vivió en un lugar con 8 judíos más.
A los 3 años vino mi abuelo con parte de la familia, ya que dejaron parte de ella en Polonia. Durante el viaje en barco murió la mama de mi abuelo.
domingo, 19 de octubre de 2008
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